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7 abr 2007
esto es una hebra recogida del blog de mi buen y viejo amigo Pedro
MAS CUENTO QUE CALLEJA
El Río despertó sobresaltado, un calor lacerante le obligo a volver de su habitual rutina.
Esta vez será algo mas grande que una ardilla, pensó para si.
-A ver si estos animales dejan de ahogarse en mis aguas, ando ya demasiado ocupado como para sacarles cada dos por tres de mi lecho.
En ese instante el calor se hizo más débil…
-Bueno veamos que “pescamos” hoy, le dijo a una trucha sonámbula.
Se movió perezoso al principio pero fue volviendo su curso mas rápido según notaba que el calor se hacia mas débil.
Cuando el viejo río vio al niño este estaba casi vivo pues la muerte le estaba reclamando desde hacia rato.
-¿Qué tenemos aquí? ¡Un hijo de hombre!
Lastima que crezcan y aprendan a no ser victimas, sino verdugos para todo lo vivo… rumio el viejo río para si.
Con suavidad dejo al niño en la orilla, asombrado de las ganas de vivir que había demostrado.
-Bueno pequeño, no puedo hacer mas por ti. Ahora todo depende de ti.
Como si hubiera escuchado sus palabras el niño empezó a moverse de nuevo y rompió la quietud de la noche con una tímida risa.
Asombrado el viejo río se fijo mas atentamente en el niño que a cada momento recuperaba un color mas rosado en su cuerpecito desnudo.
-Debes de ser muy afortunado pequeño.
El niño abrió sus ojos y el rió pudo ver un brillo extrañamente calido brotar de ellos, poco a poco fue creciendo, inexorable e inquietante, hasta rodear por completo al niño como una niebla iluminada por las primeras luces del alba, pulsante como unn ser vivo salieron de ella unos zarzillo de bruma que lentamente llegaron ala orilla del rio que asombrado no se dio cuenta de que no se oia nada ni siquiera el rumor de sus rapidas aguas
Justo antes del amanecer un niño de unos 10 años se quitaba el barro del cuerpo si obviamos el echo de que estaba desnudo parecería un niño normal menos si le miramos a los ojos, entonces podríamos ver que son del color de un viejo río y parece que contienen toda la sabiduría de el junto a una gran tristeza.
Las portadas de los periódicos locales solo dedicaron un dia a la repentina muerte de todos los peces del río y tan solo un pequeño articulo, del accidente del ferry que costo la vida de un extraño anciano, visto días atrás por el bosque, junto al río.
Pues aunque lo intentes el destino no es alguien a quien engañar,
Porque el engañado eres siempre tú.
MAS CUENTO QUE CALLEJA
El Río despertó sobresaltado, un calor lacerante le obligo a volver de su habitual rutina.
Esta vez será algo mas grande que una ardilla, pensó para si.
-A ver si estos animales dejan de ahogarse en mis aguas, ando ya demasiado ocupado como para sacarles cada dos por tres de mi lecho.
En ese instante el calor se hizo más débil…
-Bueno veamos que “pescamos” hoy, le dijo a una trucha sonámbula.
Se movió perezoso al principio pero fue volviendo su curso mas rápido según notaba que el calor se hacia mas débil.
Cuando el viejo río vio al niño este estaba casi vivo pues la muerte le estaba reclamando desde hacia rato.
-¿Qué tenemos aquí? ¡Un hijo de hombre!
Lastima que crezcan y aprendan a no ser victimas, sino verdugos para todo lo vivo… rumio el viejo río para si.
Con suavidad dejo al niño en la orilla, asombrado de las ganas de vivir que había demostrado.
-Bueno pequeño, no puedo hacer mas por ti. Ahora todo depende de ti.
Como si hubiera escuchado sus palabras el niño empezó a moverse de nuevo y rompió la quietud de la noche con una tímida risa.
Asombrado el viejo río se fijo mas atentamente en el niño que a cada momento recuperaba un color mas rosado en su cuerpecito desnudo.
-Debes de ser muy afortunado pequeño.
El niño abrió sus ojos y el rió pudo ver un brillo extrañamente calido brotar de ellos, poco a poco fue creciendo, inexorable e inquietante, hasta rodear por completo al niño como una niebla iluminada por las primeras luces del alba, pulsante como unn ser vivo salieron de ella unos zarzillo de bruma que lentamente llegaron ala orilla del rio que asombrado no se dio cuenta de que no se oia nada ni siquiera el rumor de sus rapidas aguas
Justo antes del amanecer un niño de unos 10 años se quitaba el barro del cuerpo si obviamos el echo de que estaba desnudo parecería un niño normal menos si le miramos a los ojos, entonces podríamos ver que son del color de un viejo río y parece que contienen toda la sabiduría de el junto a una gran tristeza.
Las portadas de los periódicos locales solo dedicaron un dia a la repentina muerte de todos los peces del río y tan solo un pequeño articulo, del accidente del ferry que costo la vida de un extraño anciano, visto días atrás por el bosque, junto al río.
Pues aunque lo intentes el destino no es alguien a quien engañar,
Porque el engañado eres siempre tú.
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4 Valientes comentaron:
Wow!!!! Vaya pedazo de narración, fabulosa ¿Seguro qeu no te quieres unir a cuentacuentos?
Bardo una vez, bardo toda la vida.
De verdad te gusta?
llevo años sin escribir nada...
gracias
Me ha encantado.
Insisto, (Puto)Bardo una vez, (Puto) bardo toda la vida.
Como no hay nada nuevo ;) vuelvo a comentar esta excelente hebra... La he releido y tiene esa mágia que tenias tú al narrar de viva voz (Porque más que nada tú siempre fuiste un narrador-bardo, por eso no necesitabas papeles)
La frase final del destino...fabulosa.